Si
usted es un número cuatro, merece el rótulo
de "Sal de la Tierra" pues es seguro, práctico
y confiable. No tiende a tropezar cuando camina, pues sus
ojos y pies se centrarán directamente sobre el suelo,
no en las nubes.
Como número cuatro, posee más
que su cuota de buen sentido común. Puede que no
sea un brujo mental, pero es un ciudadano estable y firme,
que es férreo trabajador y conservador en sus puntos
de vista y en su modo de encarar las finanzas. Si está
en desacuerdo con la política o quehacer de otro,
puede ser tan testarudo como una mula que rehúsa
moverse de su sitio.
Como número cuatro es excelente
amante de la disciplina. Podría dirigir a los demás
o disciplinarse igualmente bien para llevar a cabo sus aspiraciones,
pues no teme al trabajo duro ni a la labor manual. Pertenece
al público.
A menudo será empleado por el gobierno
en alguna especialidad cívica o se comprometerá
en política. Es amante del orden, patriótico,
sistemático y excelente en la tramitación
de asuntos rutinarios. No es del tipo creador pues carece
de la imaginación necesaria.
Podría triunfar como contratista,
granjero, mecánico, dibujante, empleado del gobierno,
empleado común, obrero de fábrica, capataz,
contador o político.
Rasgos positivos: Lealtad,
honestidad, responsabilidad, tenacidad, orgullo, sinceridad,
optimismo, sentido del humor, inteligencia, fuerza interior,
idealismo y valentía.
Rasgos negativos: Susceptibilidad
extrema, arrogancia, torpeza, especulación, perpetua
insatisfacción, terquedad, inestabilidad emocional,
resentimiento, culpa, remordimiento y tendencia al melodrama.
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