Los
Decanatos de Libra
La serie de
Libra es Luna/Sin, Saturno/Ninurtu y Júpiter/Marduk.
En Virgo hemos obtenido un montón de partes y hemos
llegado a la plena consciencia de que nosotros también
somos partes (es muy distinto limitarse a ser una parte,
que saber que se es una parte). Vistas las partes surgen
dos ideas compararlas, que es tanto medir y pesar, y reunirlas.
Al medir, pesar y comparar (La balanza del Signo), elevamos
la simple práctica de Virgo a nivel de conocimiento,
podremos llegar a conclusiones sobre la materia solo con
su estudio. Al intentar reunir las partes, sean las de objetos,
conceptos o simplemente los individuos que forman las sociedades
nos encontramos con un nivel de unión superior al
de Cáncer. Entra aquí el concepto de sociedad,
no ya como familia, clan, tribu o nación, basadas
en la sangre, el idioma y el territorio, empezamos con las
abstracciones. La integración se hará mediante
la Luna, todavía queda un resto de inconsciencia
en la primera etapa, de no ser así habría
empezado con Venus/Ishtar, y además la unión
aquí no se realiza solo de individuo a individuo
(unión de base reproductiva que se da en Cáncer),
pueden intervenir grupos y masas preexistentes. Ahora seguirá
un proceso de organización análogo al de Leo,
pero más rápido y sobre todo no dependiente
de la voluntad de un individuo dominante, aquí no
es necesario ya cambiar de Signo para realizarlo. Saturno
crea la cobertura institucional protegerá al grupo,
que esta vez tiene un carácter voluntario. Podemos
pues mantenernos al margen, o bien el grupo puede marginarnos,
pero sin que esto suponga necesariamente una especie de
condena a muerte. Se están estableciendo acuerdos
y asumiendo responsabilidades (no se trata ahora necesariamente
de imponer). Júpiter realiza ahora funciones similares
a las que tenía en Leo, pero ya no es necesario que
cree rituales, sino que organice los mismos para un amplio
colectivo, ya no encarna la ley una persona, ahora la ley
es la Ley. También debe establecer las normas. La
Luna/Sin primaria en su forma de Hécate es la Diosa
de la Justicia, por regir la memoria, clama venganza y la
obtiene. Las cosas cambian, la justicia que aparece aquí
es más fría, no es una simple venganza; hay
que comparar y sopesar lo sucedido según unos criterios
aceptados. Surge la mediación , la Negociación,
los límites a la venganza (ajustar la pena a la ofensa
y a las circunstancias). Se crea un marco para el pacto
libre y el contrato. Las nuevas circunstancias dan vías
de expansión al individuo y a la sociedad (Decanato
final de Júpiter), pero la expansión en el
individuo tendrá unas consecuencias mucho mayores.
Al descubrir el Tú, y aceptar plenamente al Otro,
se tiene que redefinir a sí mismo. Esta redefinición
tendrá también su manifestación fisiológica,
de niño se pasa a adulto, de cría se pasa
a reproductor. En Escorpión todo debe volver a empezar.
Al igual que en Virgo la secuencia de Decanatos de Libra
no tiene paralelo en el Zodiaco. Esto sucede exactamente
en la zona correspondiente a los 0ºd, la del Tú.
Sí observamos que aparecen todos los dioses Planetarios
del septenario clásico, excepto Marte/Nergal representante
del Yo y de la agresividad. Es obvio que si hubiese aparecido
Marte en Libra o en Virgo, la falta de objetividad haría
imposibles los acuerdos y el análisis por que se
habría implicado el propio sujeto.
Los Decanatos de Escorpión
Se repite la secuencia de Aries (Marte/Nergal,
Sol/Shamash, Venus/Ishtar), pero la situación ha
cambiado mucho. Desde aquí a Piscis hay que repetir
todo el proceso que se hizo entre Aries y Leo, pero a una
escala superior y más compleja. Lo que antes era
inconsciente, instintivo, automático es ahora consciente,
cada avance es evidente y los adultos no nos cuidan ni nos
ayudan para lograrlo. Si empezamos por Marte es obvio que
debe haber nuevamente corporeidad. Hay en efecto una transformación
corporal en la adolescencia, pero mientras en especies muy
inferiores esta transformación se realiza en fase
de crisálida nosotros nos la tenemos que tragar bien
despiertos. En la crisálida hay una disolución
que correspondería a una fase Piscis. Aquí
se produce esa fase y al hablar de los Términos Zodiacales
lo explicaré, de momento tendrá que aceptar
mi palabra. Pasada la violenta etapa inicial de revoltijo
biológico, el Sol nos da una cierta consciencia de
lo que estamos sufriendo y exige que nos replanteemos nuestra
personalidad. Lo que en Aries se solucionaba como una consciencia
básicamente motora, aquí requiere que el individuo
se aclare emocionalmente y pronto intelectualmente. Lo que
en Aries no podía llamarse plenamente egoísmo,
ya que ni se planteaba la existencia de los otros, en Escorpio
sí lo es porque nuestros deseos incluyen al Otro
y nos damos cuenta. Pese a la opinión de los padres
el sujeto que hay ahora es biológica y psicológicamente
distinto al niño, que podemos considerar muerto en
función del simbolismo del Signo. Si no hemos matado
al niño durante esta fase, peor para él, pues
ahora ocupa un cuerpo con unas necesidades que no son las
suyas y al que se la van a exigir unas responsabilidades
que no puede cumplir. Con el pleno desarrollo de la sexualidad
nos encontraremos con la aparición de la forma más
intensa, transformadora y conflictiva de placer, y como
no podía ser menos ahí tenemos a Venus/Ishtar,
Diosa del Placer y de la Fertilidad para aclararnos adonde
debemos dirigirnos y buscar la solución de los nuevos
problemas.
Los Decanatos de Sagitario
Para mayor sorpresa y deleite de grandes
y chicos el filosófico e idealista Sagitario repite
la serie de Decanatos del sensorial y pragmático
Tauro: Mercurio/Nebo, Luna/Sin y Saturno/Ninurtu. Recupérese
y siga leyendo. Sagitario es un Signo conocido por su afición
a la bebida, la comida y la alegría de vivir, pero
estas condiciones son muy distintas de las equivalentes
de Tauro y perfectamente asumibles por su regencia jupiterina.
Sagitario corre riesgos, a Tauro no le gustan ni de lejos.
Veamos primero como plantear el desarrollo desde Escorpio
y luego intentemos ver si es posible encontrar ese factor
común entre Sagitario y Tauro, mucho más difícil
de asumir que entre Aries y Escorpio. Desde el Decanato
Venus de Escorpio se sigue que tiene que haber comunicación
(al menos esos nos pasó el hemiciclo anterior), ciertamente
es así, pero el nivel cambia mucho, lo que se comunica
ahora son grandes conceptos, la sacudida de Escorpio nos
obliga a pensar sobre lo que somos, la experiencia de Venus
en Escorpio es demasiado profunda. En Escorpio apareció
el ¿quién soy? y por si solos aparecen ahora
las demás grandes preguntas: ¿de donde vengo?
¿adonde voy? Los valores se han trastocado, debemos
desarrollar unos nuevos y aunque no hablé de la muerte
en Escorpio, también hemos llegado a la consciencia
de ella, y eso también da que pensar: la filosofía
y la religión han aparecido como entidades propias.
Y también todas las demás teorías,
necesitamos concepciones del mundo, esquemas en los que
movernos, para protegernos. Tras el juego mental, de las
dudas del Decanato de Mercurio empezamos a tomarnos en serio
el asunto, nuestra sensibilidad (el Decanato lunar de Sagitario)
necesita expandirse, crecer y al mismo tiempo volver a protegerse.
Esta expansión la dan las ideas, las filosofías,
las religiones (llama la atención que la necesidad
religiosa aparece con más frecuencia en mujeres que
en hombres). Asumida esta necesidad nos queda construir
una sólida coraza conceptual y de valores que de
sentido al bla-bla de Mercurio y proteja a la Luna. El establecimiento
definitivo de las teorías se dará con Saturno
como regente del tercer Decanato. En campos más concretos
podemos jugar con Sagitario como significador del extranjero.
Aparece la consciencia de que hay otras comunidades, que
hablan (Mercurio) de manera distinta, son de raza(Luna)
distinta y se organizan (Saturno) de manera distinta. El
choque consiste no solo en aceptar que hay que relacionarse
con otros, sino que estos otros pueden ser algo totalmente
alejado, extraño y por ello quizá temible
(Saturno/Luna) o interesante (Mercurio/Luna).
La repetición de la serie de Tauro
requiere una mención especial. No se suele concebir
un Tauro filósofo, pese a su obvio natural rumiante
y contemplativo. La relación existente entre los
dos Signos es la de la experiencia del mundo real, especialmente
de la vida en todas sus formas y de la necesidad de solucionar
nuestros problemas de subsistencia de Tauro, y que de ello
nacen necesariamente las teorías. En nuestra era
las teorías parecen haber adquirido cierta autonomía,
pero las únicas que valen son aquellas que nacen
de la experiencia vital directa, lo demás son metateorías.
Igualmente nuestra concepción del mundo surgida en
Sagitario puede afectar nuestra economía o capacidad
de disfrute en Tauro. La Economía se basa ante todo
en esperanzas, no cuenta tanto lo que hay ahora como lo
que esperamos que suceda a la hora de ahorrar, invertir,
gastar o sembrar; su supuesta objetividad es un canelo en
el que creen más los políticos, los pequeños
inversores y los votantes que los economistas y grandes
inversores. Una de las pocas cosas que espanta más
la inversión que los impuestos altos es una política
fiscal imprevisible, nuevamente la relación estabilidad
económica/estabilidad legal. Como indicamos en Géminis
el desarrollo intelectual y por lo tanto de lo legal, filosófico
y religioso solo es posible cuando alcanzamos unos mínimos
de subsistencia y excedentes. Un ejemplo histórico
interesante es el Egipto Antiguo, sociedad esencialmente
Tauro, que puede considerarse una de las sociedades más
religiosas jamás conocidas. Finalmente destacar la
profunda relación que debe haber entre teoría
y práctica.
Los Decanatos de Capricornio
Capricornio repite la serie de Géminis:
Júpiter/Marduk, Marte/Nergal y Sol/Shamash. Adelantaba
en Géminis la relación entre los dos Signos.
A primera vista la mayor parte de los Astrólogos
no encontraría una relación directa, pero
el lenguaje cotidiano la encuentra continuamente. Capricornio
rige a los políticos y la mayor parte de los que
no trabajan en política ve relación entre
político y ladrón, política y medios
de comunicación, política y comercio, política
y mentira, política y falta de principios, política
y cambio de chaqueta, las dos caras de los políticos...
es decir, entre Capricornio y las facetas más chorizas
e inmaduras de Géminis. Desde un punto de vista menos
crudo pero más profundo no se suele pensar en que
la estructuración Capricorniana de una sociedad o
grupo al establecer sus formas de gobierno o desgobierno,
está íntimamente relacionada con las capacidades
de comunicación. Igualmente el sistema de costumbres
y tradiciones de Cáncer, que sostiene buena parte
del esquema de poder requiere como indicamos en su momento
el desarrollo del lenguaje. Una transmisión eficaz
de información hacia arriba y de órdenes hacia
abajo es la esencia misma de la eficacia de las jerarquías.
En los problemas de organización y decisión
se usan constantemente dos teorías matemáticas
muy geminianas: la Teoría de la Información
y la Teoría de Juegos. El Decanato inicial es sorprendente
para muchos por los criterios actuales de Júpiter.
Me remito a las ideas de Sinesio Rodenas sobre la Expansión
post-Saturnina y la Depresión post-Jupiteriana. Mi
interpretación primera y manifiestamente mejorable
es que tras una estabilización y formalización
de las ideas en el Decanato Saturno con que termina Sagitario,
es posible una expansión del individuo y de la sociedad
en el plano estrictamente material. Y esta parece ser la
función principal de Capricornio. La aparición
posterior de Marte/Nergal, indica que tras esta expansión
es posible actuar con agresividad, conquistar, realizar.
Capricornio es el signo de exaltación de Marte, que
aquí adquiere estabilidad, constancia, disciplina
y enfría sus impulsos primarios para poder aplicar
su agresividad con cabeza y no a cabezazos. Las legiones
romanas o los tercios españoles, ambos imbatidos
durante largos periodos, son posibles solo gracias a la
creación de grandes estructuras de mando dotadas
de enormes recursos materiales y humanos, es decir provenientes
de una expansión material indicada por el Decanato
de Júpiter en Tierra. Finalmente esta actividad material,
y la lógica asunción de responsabilidades
del individuo al encontrarse abandonado en la intemperie
del día a día material (no en vano todo el
signo está bajo el control de Saturno), formará
una nueva consciencia través de su papel social simbolizada
por el Decanato final del Sol y, aunque por una vía
necesariamente dura, habrá conseguido su independencia
y por ella la madurez. También el grupo social formará
una nueva unidad al institucionalizarse y jerarquizarse.
Los Decanatos de Acuario
Repetimos aquí la serie de Cáncer:
Venus/Ishtar, Mercurio/Nebo y Luna/Sin. Aparece aquí
la relación de amistad. Al tener un nuevo papel como
ser social, el individuo establece relaciones que no tienen
vinculación necesaria con su origen familiar o local.
Las preferencias, la ayuda mutua, las ideas comunes, el
desarrollo libre, o simplemente la diversión y la
expansión personal (polaridad con Leo, el Ocio) toman
el relevo de la disciplina Capricorniana. Así se
establece el contacto (Venus), de ahí la comunicación
y la proximidad (Mercurio) y finalmente nace un tipo de
comunidad o colectivo (Luna) nuevo no basado en las necesidades
reproductivas o económicas, y que no renuncia a la
recién conquistada independencia individual de Capricornio.
No voy a insistir en esto ni a desarrollarlo adecuadamente
porque no es lo que más me interesa en esta obra.
Si quiero recalcar que Acuario y Cáncer tienen una
estrecha relación con el mundo de los símbolos.
Empezaremos por algo obvio, la Astrología es Acuario,
ya que Acuario es el Cielo, especialmente el Cielo Estrellado.
La materia prima del Astrólogo es el Símbolo
leído en los Cielos, no el simple número y
la materia (simbolizados estos por la dominante Saturnina
de Acuario). Sigamos tirando del hilo: el Símbolo
es un concepto subconsciente, por lo tanto Canceriano y
Terrestre (Cáncer representa el hogar - Planeta Madre
-, pero también el simple Suelo contrapuesto al Cielo.
He aquí que de dos maneras distintas la serie Venus/Mercurio/Luna
nos lleva al manejo del Símbolo. Se desarrolla este
en Cáncer al poner a Mercurio entre la feminidad
de Luna y la de Venus. En Cáncer es todavía
inconsciente, inmaduro y adaptado al terreno y a la cultura
local. En Acuario se repite, pero esta vez no sentimos los
Símbolos en nuestro interior, los vemos en los astros.
Y los astros son iguales para todos. El Sol siempre sale
por el este, las estrellas brillan de noche y Marte es un
puntillo rojo que se mueve de manera extraña por
mucho que varíe nuestro lugar de observación.
Acuario coge el Símbolo Canceriano y a través
de la elaboración intelectual propia de los Signos
de Aire convierte lo local en universal, lo planetario en
espacial. La interacción continua de ambas tendencias
lleva a la construcción de lo que muchos llaman la
Tradición Unánime, la continua repetición
bajo distintas formas de los mitos religiosos, y en psicología
a la aparición de los mismos Símbolos bajo
multitud de formas en los sueños de los humanos de
cualquier parte del mundo (Inconsciente Colectivo). La manía
de muchos pueblos neolíticos carentes de escritura,
de dedicarse a tallar los sólidos platónicos
en piedra, anotar las fases de la Luna en colmillos de mamut
construir observatorios con megalitos de toneladas, indica
la fascinación que durante este periodo evolutivo
de desarrollo canceriano ejerce el Cielo. Si no tenemos
en cuenta la relación Cáncer/Acuario en esta
fase de desarrollo esas actividades son insensatas, pero
gracias a ellas aparecen las civilizaciones de manera brusca
al establecer el contacto con los Genios, regidos unos por
el Decano de Mercurio en Cáncer y otros por el Decanato
de Mercurio en Capricornio. También destacaré
que si Acuario tiene que ver con el Cielo, que es el único
lugar más alto que las montañas de Capricornio,
y representa por ello una ascensión más allá
de la materia, también tiene que ver con los ríos
y cualquier otra forma de canalizar energía, fluidos
o gases. A través de Acuario tomamos el camino para
separarnos de este planeta alcanzando la unidad indiferenciada
del vacío espacial, y volvemos a la Tierra Primaria
alcanzando la unidad indiferenciada del Océano representado
por Piscis.
Los Decanatos de Piscis
Piscis repite la serie de Leo: Saturno/Ninurtu,
Júpiter/Marduk y Marte/Nergal. No debería
sorprendernos demasiado ya que en Leo están exaltado
Júpiter y Neptuno y se dan actividades tan fantasiosas
como el teatro. La Luna final de Acuario necesita como paso
siguiente el orden, la protección y la concreción
de Saturno, pero este es un Saturno un tanto disuelto, está
en un Signo de Agua y por lo tanto no cumplirá su
función de la manera normal (obsérvese la
tendencia depresiva de Piscis). En Piscis ya tenemos desarrollada
plenamente la individualidad (independencia de Capricornio)
y desde Acuario el individuo solo puede trascender esa individualidad
(progresión hacia el útero) o disolverla patológicamente
(regresión hacia el útero). La fase uterina
de Piscis es inevitable, el que se produzca una "progresión"
o una "regresión" dependerá en gran
medida del desarrollo sexual en la fase Escorpio. Meditando
sobre las escasas prohibiciones sexuales de los egipcios,
he llegado a la conclusión de que consideraban peligroso
para el Maat, y por lo tanto para la Estabilidad que tanto
valoraban, las prácticas que podían implicar
retorno hacia el útero materno o huida, temor o rechazo
del mismo: homosexualidad masculina e incesto madre/hijo.
En cambio las que iban en el sentido de desarrollar consciencia
y experiencia de un útero distinto del maternal estaban
permitidas: lesbianismo, incesto padre/hija y todas las
prácticas heterosexuales. El monoteísta faraón
loco Akenatón, el "hijo del dios único"
que arruinó su país, infringió ambas
prohibiciones. Decíamos que Saturno, la soledad,
está un poco fuera de tiesto en el agua. ¿Cómo
se puede estar solo en el mundo de los sentimientos? ¿Como
establecer barreras en el campo de las emociones? Podemos
emplear la represión (Piscis puede ser mucho más
represivo que Capricornio), pero también podemos
aislarnos del exterior para proteger nuestra individualidad
y crecer hacia el interior. En las sociedades esta tendencia
se refleja en un incremento de las actividades místicas,
religiosas y ocultistas, en una expansión hacia el
exterior por los océanos (características
ambas de la España Conquistadora), y en un futuro
ya visible puede tener que ver con la expansión de
nuestra especie por el espacio. Vemos que hablando de Saturno
hemos llegado a la expansión Jupiterina del segundo
decanato. Tras la expansión debe venir una concreción
en una individualidad (Marte). Que la individualidad que
aquí nace vuelva a ser simplemente personal o suprapersonal
al encontrar el sujeto su ego impersonal en el contacto
con el Todo, es un problema de evolución individual
y oportunidad material. En cualquier caso hemos llegado
a una definición del individuo y a un nuevo nivel
de consciencia, lo que nos enlaza con el simbolismo solar
de Leo. Recordemos que la soledad y el aislamiento son un
punto importante a la hora de definir nuestra personalidad,
ya que nos obligan a desarrollar un concepto de nosotros
mismos ajeno a las referencias externas. También
recordar que ciertas actividades creativas (Leo) solo se
desarrollan adecuadamente en aislamiento. De hecho si no
está bien resuelta la dialéctica Acuario/Leo,
Piscis tiende a despreciar y aniquilar la individualidad.
Acabar algo y llevarlo a sus últimas consecuencias,
y más si es un ciclo vital, requiere en algún
momento una gran cantidad de energía final y valor,
y ambos los da el Decanato de Marte que cierra el ciclo.
En un terreno práctico o simplemente anecdótico
podemos encontrar en las órdenes religiosas y monásticas,
la tendencia a la represión y el aislamiento de Saturno,
a la alegría interior o exterior (los mejores vinos
y cervezas de Europa se lo deben todo al segundo Decanato
jupiterino de Piscis, tan manifiesto en la figura del fraile
golfo y borrachín). Y la tremenda agresividad que
demuestran las organizaciones, sectas y grupos religiosos
piscianos con su militancia e incluso violencia nos dan
la clave de la acción de Marte en el tercer Decanato.
También nos falta estudiar una última forma
de agresividad, después de la de Aries (conquista
y agresión frontal), Géminis (competencia
y agresión verbal), Leo (primacía grupal y
conquista erótica), Escorpio (destrucción,
asesinato y agresión sexual), y Capricornio (colectiva,
institucional, de dominación social) y esta es la
pura y simple traición, que corresponde a Marte en
Piscis.
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FUENTE:
http://www.sitiohispano.com
Por Arturo Mata
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